Iberia colabora con sus empleados

La acción social de una empresa tiene muchas vertientes. Desde la típica donación de una cantidad en metálico a algún proyecto dirigido a mejorar las condiciones de vida de colectivos desfavorecidos hasta el desarrollo de programas de voluntariado. Una de esas vertientes, cada vez más extendida en las grandes empresas españolas, es la que desarrollan las compañías en colaboración con sus empleados. Iberia encabeza la clasificación que sobre estos últimos programas ha elaborado la Fundación Empresa y Sociedad dentro de su informe anual sobre acción social de 2003 y a partir de la opinión de 172 expertos consultados.

La aerolínea cede espacio en las bodegas de sus aviones para que las organizaciones no gubernamentales creadas por sus empleados transporten ayuda humanitaria a distintos países en vías de desarrollo, destaca la investigación. Tras Iberia, que ya ocupó el primer puesto en este capítulo en el estudio del año anterior, se sitúan el Grupo Telefónica, Unión Fenosa e IBM.

Este tipo de acciones tienen un beneficio doble para las empresas: mejoran su imagen y refuerzan los lazos con sus empleados

La operadora de telecomunicaciones es la compañía que registra una subida más espectacular con respecto a la clasificación del año 2002, ya que entonces se quedó en la octava posición. Por el contrario, la empresa que, entre las 10 primeras clasificadas de este apartado, desciende más puestos es la de mensajería MRW, que pasa de la segunda posición en 2002 a la sexta compartida con Citigroup y Carrefour en el último estudio.

El estudio considera programas en colaboración con los empleados aquellos que suponen la financiación conjunta de acciones entre la empresa y la plantilla; fomentan el voluntariado de los trabajadores; suponen el apoyo de equipos de la empresa a proyectos sociales o se centran en antiguos empleados ya jubilados.

Este tipo de acciones que suelen perseguir mejoras en las áreas de servicios sociales, salud, educación y empleo de grupos marginados, suponen un beneficio doble para la empresa. Por un lado mejora su imagen pública al reflejar que es una compañía que se preocupa por algo más que por ganar dinero. Además refuerzan los lazos que unen a los trabajadores con la sociedad, que se sienten más identificados con la empresa para la cual trabajan. Un programa bien hecho permitiría, por tanto, reducir la rotación de la plantilla.