El escándalo del grupo alimentario pone hoy a prueba la confianza en el mercado de valores italiano

Los mercados de valores italianos pasarán hoy por una auténtica prueba de fuego. Tras casi una semana cerrados por las fiestas navideñas, el escándalo Parmalat pende como una espada de Damocles sobre la Bolsa italiana. El estallido del caso ha puesto en cuestión el funcionamiento de los organismos supervisores del sistema financiero italiano y ello puede tener un efecto devastador en la confianza de los inversores.

Se teme un auténtico efecto dominó. De hecho, el pasado martes, último día en que funcionó la Bolsa en Italia, Fiat retrocedió un 4,15% y bancos como Capitalia o la Banca Nazionale del Lavoro, ambos prestamistas de Parmalat, cayeron un 6,06% y un 5,47% respectivamente. Los efectos del escándalo del grupo alimentario italiano pueden ser importantes en un sistema que ha sido ya cuestionado por importantes figuras políticas del país.

De hecho, hasta el presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento italiano, Giorgio Malfa, ha cuestionado el funcionamiento de los organismos supervisores al afirmar que "si la banca de Italia [en alusión al banco central] no tiene tampoco deberes de vigilancia sobre los bancos y el ahorro, entonces quiere decir que ya no sirve para nada".

Una muestra de la agitación que ha provocado el caso es la movilización que ha originado entre las asociaciones de consumidores de Italia. Según algunas de dichas organizaciones, las páginas que mantienen en Internet registran en los últimos días miles de peticiones de formularios por parte de accionistas y consumidores para interponer denuncias contra los responsables del escándalo Parmalat.

Todo ello se produce, además, en medio de acusaciones sobre supuestas presiones a los investigadores del caso.