Zapatero afirma que el proyecto del PP está agotado y Aznar le acusa de insolvente

Proyecto político del PP y de José María Aznar "agotado", según la síntesis definitiva de José Luis Rodríguez Zapatero. Membrete de político "insolvente" para el líder socialista, estampado por el presidente del Gobierno, ayer, en la sesión de control del Congreso con la que, prácticamente, se cierra la legislatura. Todo en un clima bronco, de confrontación abierta, sin un solo gesto de cortesía entre el PSOE y el PP y con agradecimiento expreso de Aznar sólo para su grupo y sus Gobiernos. Quizá porque así lo exigía el guión de una representación, a menos de tres meses de las elecciones generales.

En el debate sobre la cumbre europea ya se habían deslizado gestos de despedida, pero fue en las preguntas al jefe del Gobierno cuando Zapatero resumió el fracaso de Aznar en la legislatura y cuando el presidente, de manera expresa, se despidió del Parlamento: "Es muy probable que ésta sea,así lo deseo, la última oportunidad que tengo de dirigirme a la Cámara".

El líder socialista quiso sintetizar lo que a su juicio supone un fracaso de Aznar recordándole que va a llevar a cabo una reforma del Código Penal por sorpresa, refiriéndose a la que hoy debatirá el Pleno para penalizar la convocatoria de referendos ilegales; que el Constitucional acaba de declarar que la mayoría del PP vulneró los derechos del PSOE en la Mesa, y que abandona la presidencia "con un fiscal general entregado a la defensa del Gobierno" y "con una condena judicial a Radiotelevisión Española por manipulación".

Zapatero le concedió que en la primera legislatura "mantuvo las formas" y que "consiguió resultados en la gobernación" que no pensaba discutirle, pero a partir de ahí se lanzó en tromba: "Cuando usted obtuvo mayoría absoluta ya se vio a sus anchas y empezó un comportamiento autoritario en las maneras que ha provocado que en estos momentos los principales problemas internacionales de España, los problemas territoriales de España y muchos problemas sociales de los ciudadanos no tengan ya solución en usted". En definitiva, "su proyecto como el de su partido está tan agotado como su mandato", le dijo. Aznar le preguntó qué haría "si una autoridad constitucional en España convocase un referéndum sabiendo que es ilegal". E inmediatamente conectó la reforma penal frente al proyecto de Ibarretxe con el Gobierno tripartito de Cataluña, para preguntar a Zapatero si ante esa amenaza él pactaría "por un trocito de poder". Además le acusó, al hilo de los pactos catalanes, de "abdicar de sus responsabilidades" y de "aceptar que su partido deje de ser un partido nacional". Para concluir que "en ese momento es cuando se pasa la raya de ser un dirigente responsable a ser una persona insolvente, que es en lo que su señoría se ha convertido". Éstas serán, con casi total seguridad, las últimas palabras que el Diario de Sesiones refleje dirigidas por Aznar a Zapatero.

Antes, el diputado de IU Gaspar Llamazares acusó a Aznar de autoritarismo y de intentar la confrontación con el nuevo Gobierno de Cataluña. Aznar le replicó aduciendo que es el programa del Gobierno catalán el que recoge "cosas increíbles". El presidente tuvo un curioso lapso al dirigirse a Zapatero cuando contestaba a Llamazares. Pidió disculpas a ambos, aunque en tono irónico: "Les vemos muy juntos", arguyó.

El ambiente crispado se repitió en la última interpelación de la legislatura, que enfrentó al socialista Jesús Caldera con el vicepresidente Javier Arenas. Los abucheos y las llamadas al orden fueron constantes, mucho más de lo habitual.