La oposición de Georgia da un ultimátum a Shevardnadze

La oposición nacionalista de Georgia lanzó ayer un ultimátum al presidente Eduard Shevardnadze, exigió su dimisión "sin que se produzca un derramamiento de sangre" y pidió a policías y soldados que "se unan al pueblo".

La crisis que vive Georgia desde la celebración, el pasado 2 de noviembre, de unas elecciones parlamentarias marcadas por el fraude se vio agudizada en las últimas horas por la llegada a Tbilisi de miles de opositores procedentes del oeste del país. Dos caravanas con centenares de vehículos confluyeron en la capital y seguidores del partido Renacimiento, por una parte, y del opositor Movimiento Nacional se manifestaron cerca de la sede presidencial, en dos grupos separados y enfrentados.

Por una parte, los adzharios -procedentes de la región autónoma de Adzharia, en la frontera con Turquía, que preside Aslán Abashidze- se congregaron frente al Parlamento. Su partido, Renacimiento, obtuvo el segundo lugar en las elecciones tras el partido oficialista Nueva Georgia, y la oposición denunció que Shevardnadze pretende convertir a Abashidze en el presidente del Parlamento para poder retirarse y convertirlo así en su sucesor de facto.

Los opositores nacionalistas rechazan la victoria en los comicios otorgada el jueves a las fuerzas oficialistas por la Comisión Electoral Central de Georgia, tras semanas de tensión y de denuncias de fraude electoral que han subrayado incluso la UE y EE UU. Los seguidores de Mijaíl Saakashvili, líder del Movimiento Nacional, se congregaron en la tarde de ayer en la plaza de la Libertad, a unos centenares de metros de la manifestación convocada por Renacimiento. Entre ambas multitudes se interponían los vehículos policiales desplegados por las fuerzas de seguridad leales a Shevardnadze.

Saakashvili, aclamado por varios miles de seguidores, llamó a sus partidarios a "despertar en el día de San Jorge libres y sin Shevardnadze". A pesar del cansancio de dos semanas de manifestaciones junto a los edificios gubernamentales, cientos de policías siguen acordonando la sede de la Presidencia. "Lo que queremos es que todo esto termine ya", dijo uno de los uniformados. "A estas alturas, no creo que ninguno de nosotros se juegue la vida por Shevardnadze", afirmó un policía.