¿Antisemiqué?

Perdonen, pero, como soy muy ignorante, no acabo de entender muy bien por qué, si el Ejército israelí mata a unos palestinos en Gaza, lógicamente tenga que explotar una bomba en una sinagoga de Estambul o arder un colegio judío en París. Entiendo que la política (por llamarla de alguna manera) de Ariel Sharon en Palestina es tan repugnante como pueda serlo la de Putin en Chechenia, y, sin embargo, a nadie le parece lógico, espero, que se ponga una bomba en la iglesia ortodoxa de Buenos Aires en represalia.

Algunos de los lectores y colaboradores de este periódico se indignan porque se diga que los europeos son antisemitas y contraatacan diciendo que no, que sólo antisionistas. Ejem... Esto me recuerda a un cómic de los años ochenta de una revista progre y underground en la que se contaba la vida de Bob Dylan, representado como un judío usurero y taimado. Supongo que los dibujantes y los editores no eran antisemitas, sino sólo antidylanianos. Los habitantes de Castrillo Matajudíos, junto a Castrojeriz, en Burgos, no son en absoluto antisemitas, aunque les guste conservar las tradiciones y el recuerdo. Los que hace unos años en el País Vasco escribían en los muros "Mújica, judío" tampoco eran antisemitas, sólo antisocialistas. Y los aguerridos izquierdistas que hace unos días reclamaban la devolución de las ciudades africanas con unos carteles en los que se leía "Ceuta y Melilla, ni españolas ni israelitas" (foto de EL PAÍS, 9-11-2003) supongo que tampoco eran antisemitas, sino sólo antiisraelíes.

En fin, por mucho que la Santa Indignación vocifere, es un hecho dificílmente cuestionable que Europa entera, desde Moscú hasta Tarifa, se ha construido a lo largo de los siglos "contra" los musulmanes, los gitanos y los judíos. Da bastante asco, pero lo sigue haciendo.