Un menor amenazaba a niños para robar a sus madres

Un menor de 17 años amenazaba a punta de navaja a niños de entre 17 meses y tres años que iban en su carrito para atracar a sus madres. Tres de sus víctimas denunciaron los robos en la comisaría de Arganzuela, que vigiló los pasos elevados del río Manzanares hasta que lo detuvo, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía.

La forma de actuar del menor siempre era la misma. Vigilaba los pasos elevados sobre la M-30, que comunican la calle de Antonio López con el parque de Arganzuela, hasta que veía a una madre con su hijo. Primero se cruzaba con ellos y, cuando les había rebasado, volvía sobre sus pasos, sacaba un arma blanca y apuntaba con ella al niño. Acto seguido exigía todos los objetos de valor a la madre. "Me dijo: 'Dame todo lo que tengas porque le hago cualquier cosa a la niña", señaló una de las víctimas a este periódico. Después, huía del lugar y corría hacia el parque de Arganzuela, donde se le perdía de vista.

Las tres víctimas que denunciaron los hechos dieron una descripción perfecta del ladrón, lo que permitió elaborar un retrato robot: se trataba de un joven de raza negra, con unos rizos muy marcados, unos 20 años de edad y de unos 1,70 metros de estatura.

"Cuando me atracó, sentí mucha rabia e impotencia al ver que podía matar a mi hija. Desde luego, le di todo lo que llevaba encima", señaló la víctima. "El atraco fue muy rápido y no daba tiempo a que uno pudiera reaccionar. Me ha entrado tanto miedo desde que me atracaron que ahora llevo y recojo a mi hija de la guardería en coche. Es una pena", añadió la mujer.

Bancos del parque

Los delitos se produjeron los días 21, 24 y 27 de octubre, entre las 15.00 y las 18.00. Los agentes de de la comisaría de Arganzuela montaron un férreo dispositivo de vigilancia, ya que los atracos habían generado gran inquietud entre las madres del distrito. Los agentes se apostaron en los bancos del parque de Arganzuela en las horas a las que solía cometer los atracos.

Los policías se dieron cuenta de que en una de las pasarelas había un joven intranquilo y nervioso que no paraba de mirar a ambos lados. Fue identificado y detenido. Tras conseguir la autorización de la Fiscalía de Menores, fue sometido a un reconocimiento fotográfico. Todas las víctimas lo reconocieron sin ningún género de dudas. El menor ha quedado por orden del fiscal bajo la tutela de sus padres, según informó la Jefatura Superior de Policía.

Los investigadores no descartan que haya más víctimas que no denunciaran los hechos en comisaría.