"Aún quedan por resolver algunos temas del pasado"

Rafael Dumett (Lima, 1963) es autor de varias obras teatrales: El Juicio Final, Números Reales, Santiago, AM/FM. Vive en San Francisco (Estados Unidos).

PREGUNTA. En los años noventa surgieron varios nuevos autores dramáticos en Perú ¿Tuvieron estas obras algo de psicodrama o se debe más a una generación de lo audiovisual?

RESPUESTA. No lo pondría en esos términos. Pero tampoco en otros. Algunos estudiosos de la dramaturgia peruana reciente han señalado la presencia de "la violencia", "la desintegración social", "la estructura minimalista" o "la proliferación de recursos audiovisuales" en las obras de la década de los noventa. Pero me parece que encontrar formas y tendencias recurrentes en algo tan delicuescente como el teatro de esa época es sólo un recurso retórico para poder hablar de él.

P. Ahora escribe una novela histórica. ¿Le atrae el género? ¿Es una búsqueda de explicaciones en el pasado?

R. Me siento más cómodo describiéndola como una novela de espionaje que transcurre en el pasado. Me encanta el género, sobre todo cuando lo cultivan maestros como Graham Greene o John Le Carré, que han alimentado la tradición literaria con una galería impresionante de personajes culturalmente divididos, dobles y ambiguos de gran profundidad y signados por la tragedia. Me parece que éste es el género y éste es el tipo de personajes más apropiado para recrear ficcionalmente, uno de los mayores conflictos simbólicos de nuestra historia, aún pendiente de resolución colectiva: el asesinato del inca Atahualpa.

P. ¿Qué autores teatrales peruanos destacaría?

R. Del repertorio peruano en general: El Juan Ríos de Don Quijote, La Selva y Ayar Manco. El Luis Ochoa de Manco II. El Sebastián Salazar Bondy de Rodil. Del Perú actual: El César de María de A ver un aplauso e Historia del Cobarde Japonés y las obras de María Teresa Zúñiga.