"No se ha hecho justicia con los políticos de la II República"

Ricardo Miralles (San Sebastián, 1954), catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco, investigó la figura de Juan Negrín (Las Palmas, 1892-París, 1956), presidente del Gobierno español de 1937 a 1939, para descubrir como historiador lo que la carga política del personaje había silenciado. Su libro Juan Negrín. La República en guerra (Temas de Hoy) rescata del olvido la biografía del político socialista, que abandonó una prometedora carrera científica en el campo de la Medicina para entrar en política y acabó cargando con la acusación de haberse puesto al servicio de Stalin.

Pregunta. ¿Por qué no se había hecho una biografía de Negrín?

Respuesta. Probablemente porque el personaje daba cierto temor. Abordar su biografía era casi como hacer una defensa del personaje, cuando de lo que se trata es de presentarlo, independientemente de que despierte filias o fobias. Hasta tal punto llegaba la animadversión sobre Negrín que casi el historiador se ve obligado a presentar el currículo para mostrar su imparcialidad sobre el tema.

P. ¿Qué convirtió a Negrín en un maldito?

R. Sus propios compañeros de partido. La propia izquierda, el partido socialista, acabó renegando de la política de Negrín. La leyenda negra sobre Negrín, la losa de silencio, no se levantará mientras el PSOE no reconozca que es uno de personajes históricos más importantes de la época. En Ferraz [sede central del PSOE] no está el retrato de Negrín.

P. ¿La memoria colectiva ha hecho justicia con los políticos de la II República?

R. No, de ninguna manera. Únicamente en Las Palmas desde hace pocos años hay una calle con el nombre de Negrín. Igual ha pasado con otros grandes. En Bilbao tenemos la avenida del lehendakari Agirre y hasta hace poco no ha habido una calle de Indalecio Prieto; y si alguien sacó el Estatuto de 1936 fue Prieto. Haber confundido olvido con desmemoria fue una concesión de la transición; una cosa es olvidar y no acudir a la venganza y otra no tener memoria para recuperar lo que forma parte del patrimonio de la mitad de la población española.

P. ¿Qué otras figuras de la II República requieren una revisión histórica?

R. Creo que todavía no se ha hecho una gran biografía de Prieto. Habría que hacer también las biografías de Julián Zugazagoitia y de José Antonio Agirre. Es uno de los grandes períodos que queda por estudiar porque aquella república tuvo una gran capacidad autodestructiva. Y uno de los destruidos fue Negrín, un político que comprendió que la guerra civil iba más allá, que era la guerra contra el fascismo.