¿Una sola izquierda?

Nuestro admirado Máximo nos presenta en su viñeta del 28 de octubre a dos personajes que esperan otra oportunidad para la izquierda cuando PSOE e IU sean un solo partido. Una interesante reflexión, como todas las que suele plantearnos, pero ¿es ésa realmente la mejor oportunidad? Desde luego, parece más fácil unir en torno a una gran formación política a las gentes de derechas para conservar lo que ya existe que a las de izquierdas para cambiar la realidad sobre propuestas que siempre van a ser plurales.

Suponiendo que, a pesar de ello, una sola formación llegara a concentrar todas las posibilidades prácticas de gobierno de la izquierda, su única oportunidad para alcanzar la mayoría electoral sería sobre propuestas cercanas a la media de las aspiraciones de los ciudadanos, obstaculizando la expresión y la prueba de propuestas de cambio más sustanciales (o sea, más radicales, en el noble sentido de este denigrado término).

¿No será más eficaz, para la dinámica de la izquierda, que una parte de ella exprese las aspiraciones de cambio más avanzadas y otra asegure que los ritmos y los riesgos de las políticas de progreso se mantengan dentro de las posibilidades de la realidad actual? La configuración dual de la izquierda no impide su acceso electoral al Gobierno, siempre que sus formaciones estén dispuestas a la colaboración simplemente cuando ello sea posible y necesario.

Las mayorías electorales se pueden conseguir en un sistema de representación proporcional, el único que garantiza la expresión democrática de la pluralidad, sumando los resultados de formaciones afines. Así hubiera ocurrido en la Comunidad de Madrid, también en esta forzada repetición, si PSOE e IU hubieran sido capaces de alcanzar entre ambos más votos que la derecha. Las gentes de la izquierda deberemos seguir indagando por qué no ha sido así y cómo lograrlo en el futuro.