Las diferencias culturales complican la educación

Los menores marroquíes tutelados por la Comunidad de Madrid tienen miedo a la repatriación. Los educadores de los centros de la región aseguran que en entre muchos de ellos ha corrido la voz de que la policía llega de madrugada para devolverlos a Marruecos. Alrededor de 100 chicos de esta nacionalidad están bajo la tutela de la Consejería de Servicios Sociales: 47 de estos muchachos están internados por su presunta implicación en hechos delictivos y el resto lo están en otros establecimientos por hallarse desamparados y carecer de familia en Madrid. Fuentes del Gobierno regional detallan que el 40% de los 186 menores extranjeros tutelados han cometido algún delito: es decir, 75 chicos.

Desde principios de este año, cuando se intensificaron las repatriaciones a Marruecos, algunos decidieron fugarse, otros se cobijaron en casas de conocidos y otros se marcharon a otras provincias, aseguran los tutores.

El consejero de Servicios Sociales en funciones, Alonso Seco, señala que el Gobierno regional se limita a seguir la política del Estado: "Estos menores están desamparados. Lo que queremos es que salgan de los centros y devolverlos a la sociedad porque lo lógico es que estén con sus familias". La repatriación no siempre es fácil porque muchas veces es imposible saber la edad real de los chicos y los países de los que proceden.

Seco asegura que la educación de los jóvenes en los centros de atención es complicada. "Sus esquemas mentales son distintos porque su cultura es distinta. Eso plantea diferentes formas de educarlos", señala Seco, que reconoce que los educadores se encuentran con muchas dificultades para hacerles cumplir las normas. Para Seco hay otra explicación a la rebeldía que muestran muchos de ellos. "En algunos países, estos chavales son tratados como adultos. Luego llegan aquí y ven que se les considera menores".