El presidente millonario contra el líder cocalero

El presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, de 73 años, afronta la peor crisis política y social de los últimos años, pero no está dispuesto a renunciar ante el empuje de los movimientos populares. "No es posible que la democracia se sustituya por una dictadura sindical. Se va a reponer el orden", dijo ayer en un mensaje a la nación. El Goni, como se le conoce popularmente, rechazó toda posibilidad de convertirse en el segundo gobernante boliviano en dejar la Presidencia antes de concluir su mandato, después del fallecido Hugo Banzer (1997-2001), que renunció al cargo un año antes por enfermedad terminal.

Las promesas de mejora económica, de lucha contra la corrupción y de creación de puestos de trabajo se han diluido ante una mayor pobreza, miseria y desesperación. Sánchez de Lozada -un ex empresario próspero de la minería que habla un español con marcado acento anglosajón producto de un largo exilio en EE UU- ha dejado de sonreír y ha perdido su tradicional buen humor.

El líder de la oposición boliviana, el diputado por el Movimiento al Socialismo Evo Morales, rechaza las acusaciones de estar encabezando un proceso de insurrección y golpe de Estado. "Hemos optado por la democracia y la vamos a defender", aseguró. Morales, segundo en las elecciones generales del año pasado, es un indígena quechua de 42 años sin estudios, autodidacta, pero con una carrera sindical de 17 años en el sector más combativo: el cocalero.