Los oftalmólogos constatan que los ultrasonidos han sustituido al láser en las operaciones de cataratas

La microincisión por ultrasonidos ha desbancado "por completo" al láser en las operaciones de cataratas, según aseguró el doctor Marcos Gómez, del Hospital La Malvarrosa, en el 79º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Oftalmología que se celebra en Valencia. Esta técnica experimentará un gran avance al reducir a la mitad el tamaño de la incisión, de 3 a 1,5 milímetros, cuando se disponga de lentes intraoculares que caben por ese mínimo espacio. El doctor Gómez indicó que desde hace más de diez años se habla de las ventajas del láser para catarata, que, aseguró, "no han llegado a concretarse en un beneficio real para el paciente". Rebajar la incisión, dijo, significa "tener una menor puerta de entrada de microorganismos y facilitar una recuperación más rápida del paciente, aumentando su seguridad". A pesar de que el aumento de la temperatura y el desequilibrio de los fluidos en el ojo pueden ser los principales problemas de la microincisión, éstos se compensan con un sistema llamado Millennium que permite "una menor oscilación de la aguja que elimina la catarata y el control de la presión intraocular (evitando el desequilibro de los fluidos)".

En opinión de Javier Moreno, director del departamento de Oftalmología de la Clínica Universitaria de Navarra y directivo de la Sociedad Española de Oftalmología, "el láser no ha dado los resultados que, en un principio, se habían previsto, y la microincisión supone un avance que consigue, de forma más rápida, la recuperación de la visión por parte del paciente, disminuyendo la inflamación postoperatoria".

En el congreso se ha presentado la última novedad en operaciones de vítreo-retina, que no requieren suturas y que permiten al paciente incorporarse antes a su vida activa. Con esta nueva técnica, en tres o cuatro días el ojo está perfecto y no parece que se haya operado, mientras que abrir la conjuntiva y suturar implica que durante un mes el ojo esté rojo, según Félix Armadá, del Hospital de la Paz de Madrid.