Patera ibérica

Presentaban el disco grabado hace un año durante un concierto en Toronto. Se titula Fiebre -humor negro involuntario al poder,se relaciona con la temida gripe asiática-, y es el cuarto en 10 años. Por si necesitara algún aval exterior, lo ha publicado en Reino Unido World Circuit, el sello de Cooder y los venerables cubanos, y en Norteamérica lo trabaja Nonesuch, cuyo catálogo se nutre de exquisiteces.

Entre una gira por Estados Unidos, agobiante por las medidas de seguridad, y algún que otro abuso, y la que les han cancelado allá porque son malos tiempos para la morería, Radio Tarifa se dejó ver por fin en su base logística. La propuesta no encierra ya misterios: música andalusí, con instrumentación y lenguaje adaptados a nuestro tiempo. Una mezcla de lo armónico europeo y lo modal mediterráneo -con lo que Occidente rompió hace 500 años por atribuírselo al enemigo: lo árabe anda siempre oculto en la música tradicional española-.

Estuvieron invitados la gaitera Merche Trujillo y el cantaor Falo Jiménez, al que Benjamín Escoriza no escatimó alabanzas. Faín permanece atrás en el escenario. Es la referencia más sólida en la programación de esta original emisora. Desde el primer instante, con La Canal y El mandil de Carolina, se vio que sonaba de miedo. Radio Tarifa emite ahora con una potencia y nitidez realmente notables. Los músicos que acompañan a los tres fundadores -el granadino Benjamín, el vallisoletano Faín y el francés Vincent- llevan ya tiempo rodando con ellos, y se nota. En Osú, Oye China o ese Sin palabras con la sensualidad sinuosa que se le atribuye a la música árabe y que ilustró Teresa con sus contoneos.

Probablemente sea el grupo español que mayor viabilidad tiene en el mercado internacional de las músicas étnicas: una patera que se cuela en otros estados de la cristiandad con mayor fortuna que la mayoría de los inmigrantes. Los pacientes artesanos que llevan como regalo tesoros musicales con los que poder sobrevivir al dictado del ritmo único.