Miles de personas despiden a Sonia Carabantes antes de su entierro

La joven Sonia Carabantes, del 17 años, asesinada en la madrugada del 14 de agosto, fue enterrada ayer en Coín (Málaga) a las 19.30 horas en una ceremonia íntima, por expreso deseo de su familia. Hora y media antes se ofició en la parroquia de San Juan, iglesia mayor de la localidad, una misa concelebrada presidida por el obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto. Unas 2.000 personas abarrotaban el templo y alrededor de 4.000 siguieron la ceremonia por los altavoces instalados en la plaza Bermúdez de la Rubia. El obispo pidió "serenidad" a los familiares, se lamentó del "bárbaro asesinato que nos ha mostrado el rostro frío y despiadado que tiene el mal" y deseó que "los autores estén pronto ante los tribunales".

El párroco de San Juan, Antonio Ramos, agradeció a los vecinos de Coín en nombre de la familia Carabantes su ayuda en la búsqueda del cuerpo, que se tardó cinco días en encontrar, y el afecto que le han mostrado desde la muerte de Sonia. Los asistentes siguieron la ceremonia en un completo silencio, roto sólo por las plegarias de los oficiantes, los cánticos del coro y el golpeteo de los abanicos en un día caluroso en esta localidad malagueña. Como homenaje multitudinario a la joven asesinada, al final de la misa y a la salida de la iglesia los vecinos dedicaron sus aplausos a Sonia.