La base española en Diwaniya fue atacada con 19 granadas de mortero

"El proyectil cayó cerca de unos lavabos de la zona estadounidense en los que, afortunadamente, no había nadie y sólo causó un pequeño daño material", dijo ayer el comandante José Luis Sánchez Martínez-Falero, en referencia a las explosiones que se registraron en las proximidades de Base España el pasado miércoles. El Ministerio de Defensa español había informado horas antes de que el ataque se produjo desde una posición de morteros que disparó 19 granadas, de las que dos cayeron dentro del recinto y sólo una estalló.

Eran poco después de las nueve de la noche (dos horas menos en la España peninsular) cuando los soldados españoles y los marines norteamericanos que aún comparten la instalación con ellos se sobresaltaron por una tanda de explosiones. "Inmediatamente se inició una investigación sobre las causas", explicó el comandante Falero. Tras las pesquisas realizadas esa misma noche y durante la mañana del jueves, llegaron a la conclusión de que les dispararon "19 granadas de mortero".

"De los 19 proyectiles, tres no llegaron a explotar y dos cayeron dentro del recinto de la base, aunque uno no estalló", precisó el portavoz de la Brigada Plus Ultra. Por el diámetro de los cinco tubos desde los que fueron disparados, el Grupo de Desactivación de Explosivos, que participó en la investigación junto a sus colegas estadounidenses, dedujo que se trataba de munición de 81 milímetros. "Tal vez también hubiera algún proyectil de 82 a tenor de la metralla que hemos encontrado en la zona", añadió Falero, quien esperó a recibir copia del informe de Defensa para comentarlo con la periodista.

Los artificieros no sólo localizaron el origen de las explosiones, sino que también desactivaron las granadas que no llegaron a estallar. Aunque el comandante Falero no especuló sobre la autoría del ataque, recordó que "el pasado día 5 desapareció un material similar al empleado el miércoles de un depósito de municiones de Diwaniya custodiado por la policía iraquí".

"Podemos incluso entender que haya habido alguna cooperación entre el personal local contratado", apuntó el portavoz. No obstante, Falero no mostró signos especiales de preocupación. "Se trata de una amenaza adicional a las que hacemos frente aquí", declaró, antes de asegurar que no se habían tomado medidas especiales más allá de las contempladas para estas situaciones. "Estaba previsto, igual que están previstas para el caso de una agresión terrorista", añadió.

Polonia reconoce peligros

[Por su parte, el comandante en jefe de la División Internacional en Irak, el general polaco Andrzej Tyszkiewicz, reconoció ayer que la zona administrada por Polonia no es segura, tras la muerte de un soldado estadounidense en Hila, 160 kilómetros al sur de Bagdad, informa Efe].

En el ataque en Diwaniya, los morteros desde los que se dispararon las granadas se encontraban situados a unos 300 metros al sur de la Base España. Los marines aún no han transferido a los españoles, que ayer completaron su despliegue, el control de seguridad del perímetro. No obstante, el comandante Falero confirmó que algunos integrantes de la brigada ya han comenzado a participar en patrullas a pie y motorizadas junto a unidades estadounidenses en Diwaniya. "Se trata de ir aprendiendo la misión, preparar el relevo y conocer la ciudad", explicó el portavoz.

También la unidad de helicópteros ha realizado vuelos de reconocimiento y adiestramiento sobre Diwaniya y Nayaf. Sin embargo, la transferencia de las tareas de seguridad no se llevará a cabo "hasta primeros de septiembre", según la misma fuente. La brigada internacional Plus Ultra se completará con la llegada de 1.200 soldados centroamericanos durante las próximas semanas.