Cataluña, bajo la alerta de inundaciones

Tres ayuntamientos de Girona piden ayudas para paliar los daños del granizo

La Dirección General de Emergencias y Seguridad Civil de la Generalitat ha activado la fase de alerta del Plan de Inundaciones de Cataluña (Inuncat) ante el riesgo de que se produzcan fuertes precipitaciones en todo el territorio catalán, en especial en el Pirineo, el Prepirineo y la costa tarraconense. Las tormentas que empezaron el pasado miércoles por la noche descargaron con virulencia en algunos puntos. Granizo del tamaño de una pelota de tenis, que no cabía en la palma de la mano cayó en la noche del miércoles sobre varias poblaciones de las comarcas gerundenses de la Garrotxa y Pla de l'Estany. La tormenta duró apenas media hora, pero destrozó tejados y cobertizos, causó daños en automóviles, naves industriales, cultivos de maíz, carreteras y tendidos eléctricos y de teléfono y obligó a todo aquel que estaba a la intemperie a ponerse a cubierto para no sufrir lesiones.

Los pueblos situados en el epicentro de la tormenta empezaron ayer a evaluar los daños de la granizada y la primera conclusión es que habrá que pedir ayudas económicas para paliar las pérdidas. Tres ayuntamientos, los de Santa Pau, Mieres y Sant Miquel de Campmajor pedirán la declaración de zona catastrófica y otros, como Sant Ferriol, están estudiando adoptar la misma medida. El alcalde de Mieres, Miquel Moguer, explicó ayer: "En estos momentos los técnicos del Consejo Comarcal están evaluando los daños y cuando sepamos con exactitud a cuánto ascienden pediremos al Gobierno la declaración de zona catastrófica".

La tormenta de agua y granizo duró poco más de 20 minutos, pero dejó entre 70 y 125 litros de agua por metro cuadrado y se acompañó de un fuerte viento que cortó árboles de cuajo. Una de las zonas más afectadas resultó el vecindario de Els Arcs de Santa Pau, donde se halla el cámping Can Patxet. Varias tiendas y caravanas del cámping quedaron destrozadas por los troncos y las ramas que les cayeron encima. Sólo una familia de Mieres no pudo dormir en su domicilio a causa de los numerosos daños ocasionados por la tormenta.

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