Sharon congela la excarcelación de otros 76 prisioneros

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, condicionó ayer la aplicación de cualquier nueva medida de confianza o de cualquier cláusula estipulada por la Hoja de Ruta a que las fuerzas de seguridad palestinas actúen policialmente contra las organizaciones radicales. "Vemos que la Autoridad Palestina no hace lo que debería estar haciendo, y lo primero que tiene que hacer es desmantelar las organizaciones terroristas, requisar sus armas y llevar a cabo una lucha sin cuartel contra el terrorismo", manifestó Sharon poco después de los dos ataques suicidas perpetrados ayer.

Para dar credibilidad a sus palabras, Sharon ordenó congelar la puesta en libertad de los 76 presos palestinos cuya excarcelación había sido aprobada ya por una comisión interministerial y sancionada por el presidente de Israel, Moshé Katsav. Según el calendario de liberaciones previamente diseñado por la citada comisión, estos 76 reos son parte de un contingente de 99 presos comunes que debía unirse a los 334 presos políticos y de seguridad que fueron liberados la semana pasada.

Las futuras excarcelaciones de entre los más de 6.000 presos palestinos que continúan recluidos en las cárceles israelíes, el desmantelamiento del medio centenar de enclaves ilegales construidos recientemente en los territorios ocupados, y la retirada del Ejército de otras ciudades de Cisjordania, han quedado igualmente congeladas. Sharon puso así la pelota en el tejado de su homólogo palestino, Abu Mazen, del que espera acciones concretas a su vuelta de la gira que ha realizado por el golfo Pérsico.

El único que parece poder desbloquear la actual parálisis del precario proceso de paz abierto con la Hoja de Ruta sería el subsecretario de Estado norteamericano para Oriente Próximo, William Burns, que llegó ayer a Israel.