Las obras del AVE reflejan anomalías en 63 contratos

El Tribunal de Cuentas ha destapado múltiples anomalías en la gestión de las obras del AVE Madrid-Barcelona hasta 2001. Las anomalías denunciadas en el informe de fiscalización han causado graves retrasos en la ejecución de los trabajos (siete meses de media) y sobrecostes sobre el presupuesto previsto. Esta obra pública, cuya gestión merece el reproche de los auditores, es la más importante del mandato de José María Aznar, y su inauguración acumula ya un retraso de siete meses sobre la fecha prevista.

El Tribunal de Cuentas analizó 73 contratos adjudicados por el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), encargado de las obras del AVE Madrid-Barcelona, y descubrió irregularidades en al menos 63, donde se produjeron suspensiones en el inicio de las obras, modificaciones de los contratos y prórrogas en la conclusión de los trabajos.

En 36 casos el GIF adjudicó la obra sin que la Administración pública tuviera la propiedad de los terrenos sobre los que había que trabajar, porque se había retrasado el proceso de expropiación, lo que ocasionó retrasos añadidos.

Los auditores públicos señalan en su informe que muchas de las incidencias ocurridas durante la obra son ajenas a la gestión del GIF, pero otras muchas son de su entera responsabilidad y se podrían haber evitado "realizando con mayor celeridad las actuaciones".

En algún caso la suspensión temporal de una obra del trazado ferroviario para realizar alternativas distintas a lo previsto inicialmente ocasionó sobrecostes. Como ejemplo ponen un tramo entre Madrid y Zaragoza donde como consecuencia de la suspensión se incrementó el coste en 1,9 millones de euros (más de 300 millones de pesetas). "Con una adecuada planificación de la obra", insisten los auditores del Tribunal de Cuentas, "podría haberse evitado".