EE UU ha matado a 300 iraquíes en su lucha antiguerrillera

El Ejército norteamericano ha endurecido sus tácticas para luchar contra la resistencia. En seis semanas de combate contra la guerrilla, las tropas han matado a más de 300 iraquíes, han detenido a miles y han realizado cientos de operaciones de registro en casas y pueblos del triángulo suní situado al norte de Bagdad, donde se esconde la mayor resistencia contra la ocupación. Los métodos son muy distintos a los de la campaña que llevó a derrotar a las tropas de Sadam Husein.

El miércoles pasado, por ejemplo, las tropas del coronel David Hogg buscaban a un antiguo teniente general iraquí. En su casa no lo hallaron, pero sí a su esposa y a su hija. Las detuvieron. Y dejaron una nota que decía: "Si quieres que liberemos a tu familia, entrégate". La táctica funcionó, relata el coronel. El viernes, el teniente general se entregó.

Las nuevas tácticas de lucha antiguerrillera, que incluyen irrumpir en decenas de casas en operaciones de registro para capturar a posibles responsables del régimen, han rendido frutos. Los ataques contra las tropas se han reducido a la mitad en esta zona desde junio y la información obtenida es cada vez mayor. La semana pasada, esa información llevó a la muerte de los hijos de Sadam. La prueba, cuentan los oficiales, es que la resistencia pagaba en junio 300 dólares por cada norteamericano muerto y ahora ofrece hasta 5.000. Durante estas seis semanas, frente a los más de 300 iraquíes muertos, murieron 39 norteamericanos.

A pesar de la mejora en los datos del espionaje, los ataques contra los militares de EE UU prosiguen. Ayer, en el centro de Bagdad, un soldado murió y tres resultaron heridos. La capital iraquí vivió ayer una oleada de indignación después de que cinco civiles muriesen el domingo en el asalto de una casa donde las tropas estadounidenses creían que se escondía Sadam.