Sofía Gubaidulina aconseja a los jóvenes que hagan música a partir de sus sensaciones

Sofía Gubaidulina es una mujer tranquila y tímida. Quizá por ello no le gustan los cambios bruscos. Su música se basa en la introspección. "Me escucho a mí misma, mi mundo, mis sensaciones. No me siento vulnerable ante los problemas externos", comenta, para explicar que su música no ha sufrido sobresaltos. "Hago lo mismo que hacía hace cincuenta años sin llegar a la perfección, tengo un camino infinito que todavía estoy recorriendo".

Esta mujer, nacida en Chistopol (República de Tartastán, Rusia) en 1931, es una de las compositoras más prestigiosas del momento. La ciudad de Santander tiene la suerte de acogerla durante diez días. Pero los más afortunados son los jóvenes músicos que participan en el Encuentro de Música y Academia y que gozan de las lecciones magistrales de esta compositora excepcional. Gubaidulina se siente muy contenta de compartir escenario con jóvenes "que no se conforman con las formas ya conocidas de emitir la música, sino que están abiertos a experimentar nuevas sensaciones".

Gubaidulina siente que la situación de la música actual es de un gran nivel porque la tierra sigue fértil, y esto es lo más importante para ella. "Hay momentos en que la tierra es más productiva que otros, pero lo importante es que siempre esté fértil y, de momento, lo está".

"Pertenecer al mundo ruso es algo innato que se lleva en la sangre. Tanto la música como la literatura son la base de nuestra cultura". Para Gubaidulina, hubo dos compositores que marcaron su trayectoria artística de forma especial: Shostakovich y Prokófiev. "Descubrir su música fue algo excepcional, sobre todo cuando estudiaba a nivel medio y superior", pero este aprecio musical con el tiempo pasó a ser también apoyo ético y espiritual, y, posteriormente, personal.

Gubaidulina recibirá un homenaje el próximo jueves día 17 de julio en el Palacio de Festivales de Santander, donde se interpretarán cinco de sus piezas más destacadas.