Berlín llama a capítulo al embajador italiano

El Gobierno alemán condena las manifestaciones del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, contra Martin Schulz, diputado socialdemócrata del Parlamento Europeo. El Gobierno citó a la Cancillería en Berlín al embajador de Italia en Alemania, Silvio Fagiolo, al que un funcionario llamó a capítulo y le manifestó el malestar del Ejecutivo alemán.

Llovía sobre mojado cuando Berlusconi injurió al diputado Schulz con una referencia al nazismo. Con el acceso de Italia a la presidencia de la UE, el semanario Der Spiegel apareció está semana con una portada que reza: "Silvio Berlusconi. El padrino". La foto de Berlusconi, con traje oscuro y la mirada torva, hace parecer una hermana de la caridad al personaje de la famosa película. Días atrás, un diputado socialdemócrata, Michael Müller, subjefe del grupo parlamentario del SPD, había calificado a Berlusconi de corrupto, dañino para Europa y la personificación del nepotismo. La Embajada italiana en Berlín protestó ante el SPD y pidió explicaciones por las opiniones de Müller. El terreno se encontraba abonado para la arremetida de Berlusconi con su referencia al nazismo, algo que en Alemania resulta peor que mentar la bicha.

Esto no excusa el descarrilamiento de Berlusconi en Estrasburgo. Así lo considera el Gobierno alemán, que las calificó de "inaceptables y merecedoras de desaprobación", según declaró un portavoz. Las reacciones contra Berlusconi han logrado formar en Berlín una gran coalición de todos los partidos. El secretario general del SPD, Olaf Scholz, declaró que las manifestaciones de Berlusconi resultan incomprensibles y no se admite la menor ironía ante las numerosas víctimas del nazismo, entre ellas muchos socialdemócratas.

El diputado agraviado, Schulz, declaró que Berlusconi no tiene que disculparse con él, sino ante el Consejo de la Unión Europea. La diputada liberal Sabine Leutheusser-Schnarrenberger habló de un desgraciado debú de la presidencia italiana. La presidenta de Los Verdes, Angelika Beer, declaró: "También en Europa tiene que haber límites que todos tienen que respetar".