Cuatro nuevas acciones de violencia callejera en el País Vasco

El terrorismo callejero que sufre Euskadi se ha avivado en el último tramo de la campaña electoral. Hasta cuatro acciones violentas se contabilizaron entre la noche del martes y la jornada de ayer, sin que se registraran víctimas en ningún caso. El primer incidente se produjo a las once de la noche del martes cuando cuatro encapuchados arrojaron seis artefactos de fabricación casera contra la Comandancia de la Marina de San Sebastián. El impacto ennegreció la fachada, sin que se produjeran más daños.

La violencia siguió en la capital guipuzcoana ayer por la tarde. Un artefacto casero explotó ante el domicilio de un funcionario de la Subdelegación del Gobierno central. La bomba estaba compuesta por una botella con líquido inflamable y un petardo. La deflagración tiñó de negro las paredes cercanas a la puerta de entrada del piso.

Otro artefacto estalló durante la madrugada de ayer ante la sede del Partido Popular en la localidad vizcaína de Ermua, pueblo de Miguel Ángel Blanco, el concejal que en 1997 secuestró y asesinó ETA. La detonación no causó daños, ya que tan solo llegó a explosionar un petardo que hacía de detonador de una bombona de camping-gas.

La culminación de los incidentes fue la carta amenazante que recibió el concejal del PP de Güeñes (Vizcaya) con una bala en su interior. La misiva dirigida a Juan Ignacio Echevarría no tenía ni firma, ni membrete de ETA, aunque sí contenía diversas amenazas. El presidente del PP de Vizcaya, Leopoldo Barreda, dijo que este tipo de actos de "intimidación y agresión" reafirman a los miembros de su partido en su voluntad de derrotar a ETA y defender la libertad. "Nos reafirma", recalcó, "en nuestra voluntad de ser una alternativa democrática en el País Vasco".