Las elecciones no afectarán a las empresas

Las empresas aprueban al Gobierno en los asuntos relativos a fiscalidad y gasto público, con un 53,2% y un 52%, respectivamente. Le siguen, pero ya con calificación de insuficiente, la política de pensiones (40,3%), privatización de empresas públicas (39,7%) e infraestructura (37.9%).

La valoración más negativa sigue siendo para la inflación, en la que las respuestas desfavorables aumentan al 75,8%, desde el 73% anterior. La política de investigación y desarrollo encuentra la reprobación del 59,7% de los encuestados, frente al 50,8% del Barómetro anterior, mientras que la desaprobación de la política sobre infraestructuras pasa del 27,2% anterior al 34,2% actual.

Sin embargo, comparando con el Barómetro anterior, la valoración es menos negativa en cuanto a la liberalización del mercado laboral, cotizaciones sociales, desregulación sectorial y sanidad y salud. La menor preocupación por los aspectos del mercado laboral coincide con las mejores perspectivas de los costes laborales.

La mayoría de las empresas (el 64,8%) piensa que todavía está en proceso de adaptación competitiva con respecto a las empresas europeas. El 8% piensa que no son competitivas y el 27,2% que sí lo son. Si se comparan con las empresas europeas de su mismo sector, sin embargo, el 68,3%, dice que sí son competitivas, frente al 26,1% que cree que todavía están en proceso de adaptación.

El aumento de los precios del petróleo es considerado relevante para las perspectivas de recuperación económica para casi todos los empresarios (el 98% de los encuestados). Entre éstos, un 62,1% vería frenada la recuperación si el precio del brent se situara entre 30 y 40 dólares por barril, rango en el que llegó a situarse el precio del crudo en los primeros meses del año. Un 15,7% vería las posibilidades de recuperación limitadas por un precio incluso inferior a 30 dólares por barril. Paradójicamente, son los sectores más dependientes del petróleo, como transportes y servicios públicos, los menos pesimistas.