Hacia la agricultura multifuncional

El libro La agricultura española, de los profesores Ernest Reig y Andrés Picazo, de la Universitat de València, es el resultado de un ambicioso proyecto dirigido a comprender y explicar la aportación del sector agrario a la transformación y modernización de la economía española desde mediados del siglo XX.

Los autores comienzan analizando la contribución que históricamente llevó a cabo la agricultura al crecimiento económico español a través de la transferencia de recursos financieros y humanos. Estudian también cómo se produjo la adaptación de la oferta agraria para satisfacer las necesidades de una población urbana con un poder adquisitivo en aumento, lo que requirió un cambio significativo de la tradicional especialización del sector agrario. Los avances en la productividad del trabajo y del capital, así como en la productividad total de los factores -consecuencia de los cambios en la eficiencia productiva y del progreso técnico- son objeto de un análisis minucioso que permite comprender las causas del dinamismo agrario.

Las nuevas tendencias de la demanda y las mejoras tecnológicas asociadas al desarrollo del sector llevaron a ajustes sustanciales en la especialización productiva, que, no obstante, no pudieron evitar que se manifestase una tendencia al deterioro relativo de los precios percibidos por los agricultores. Este deterioro ha presionado sobre la renta agraria, de modo que para evitar una reducción significativa del nivel de vida en el mundo rural, los agricultores han realizado ajustes en la producción que están culminando en la última década con una reorganización de la estructura de las explotaciones tendente a dotarlas de viabilidad económica a largo plazo. La reducción en el empleo agrario y las políticas de precios y subvenciones -primero, en el marco español, y posteriormente, en el comunitario- han contribuido también a evitar que la renta agraria por unidad de trabajo anual se deteriorara.

Estas tendencias generales deben ser, sin embargo, matizadas a la luz de la diversidad de agriculturas regionales que conviven en el campo español, y a cuyos rasgos particulares los autores prestan una especial atención, señalando las amplias diferencias existentes en cuanto a los márgenes brutos por hectárea, la mayor o menor vigencia de un modelo intensivo de desarrollo y las distintas posibilidades reales de desarrollo de explotaciones familiares con una base económica suficiente.

El libro finaliza con un extenso capítulo en el que se aborda el reto al que se enfrenta la agricultura en el marco de las actuales tendencias globalizadoras y se exponen las dificultades con que choca la actual Política Agraria Común (PAC) europea, no sólo por sus conflictos ocasionales con las tendencias vigentes de liberalización del comercio internacional, sino por sus propias contradicciones internas, que le restan legitimidad.

La concepción multifuncional de la agricultura valora su papel como productora de bienes públicos tales como la protección del medio ambiente, la preservación de hábitats culturalmente valiosos y la defensa de la biodiversidad, y estudia cómo compensar o remunerar estas funciones socialmente positivas del agricultor. De ahí la necesidad de una profunda reforma de la PAC, que otorgue verdadera entidad al tantas veces retóricamente proclamado modelo agrario europeo.