Compositor de altísimo nivel

No excesivamente conocido en nuestro país, a no ser por los muy entregados a su modo de concebir la canción de autor con la tradición de los grandes y el sonido más actual, David Gray ofreció en Madrid un extraordinario concierto en el que demostró que explota como nadie las dotes de intérprete semiacústico en escena con las de compositor excelente. El bardo de Manchester presentaba las canciones de su último disco, A New day at midnight, una muestra de que el nivel de creación de canciones en el Reino Unido sigue alto, por más que el brit pop le diera la misma entidad artística que contiene el chicle. Las canciones de Gray suenan a Bowie, a Elton John, a Elvis Costello y, a veces, a Neil Young. Poseen complejidad y profundidad, aparte de que suenan a gloria. Mención aparte merece el arreglo, en el que loops y ritmos pregrabados tienen su sitio junto a sonidos más convencionales: la riqueza armónica la aportan los teclados y la guitarra. David Gray estuvo cerca de lo sublime en la interpretación de Freedom, hite ladder.