El otro Santo Oficio

El señor Francesc de Carreras, en su artículo del pasado día 6, muestra su preocupación por el ambiente que impide en la universidad "expresar ideas a quienes sólo promueven el debate y la crítica". Comparto su preocupación. No puedo juzgar los ejemplos que expone en el artículo puesto que no asistí a los actos que menciona, excepto al del día 13 de febrero con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, acto en el que parece que el que no estuvo fue el señor De Carreras, a juzgar por sus apreciaciones. Uno de los miembros del grupo que "desplegaron en silencio dos pancartas" se abalanzó hacia la mesa donde pretendía empezar la conferencia el señor Ibarretxe con intenciones no precisamente pacíficas y fue interceptado por el servicio de orden a dos metros del lehendakari y a cuatro de donde yo estaba. La frase que gritaban los asistentes de "os vamos a pegar un tiro en la nuca" por lo visto sólo la oyó el señor De Carreras a distancia. No me parece, por tanto, que su análisis sea objetivo. En su afán de ejercer otro oficio santo que consiste en convertirse en martillo de nacionalistas, de algunos nacionalistas, ha perdido credibilidad y la objetividad que sería propia de un catedrático de Derecho Constitucional.