Contar cosas

Al ministro de Trabajo, señor Zaplana, no le ha gustado que los empresarios valencianos critiquen al Gobierno por su retroceso en el "decretazo". Y les ha advertido que, como ex presidente de la Generalitat, "podría contar muchas cosas". ¡Ya lo creo! ¡Pero muchas! Al señor ministro no le importa amenazar a los empresarios con contar "muchas cosas" si no se portan bien. Sin embargo, no "amenaza" sino que se "niega" a contar otras, para lo cual recurre a todas las triquiñuelas parlamentarias para no "contarlas". Ni en las Cortes Valencianas ni en el Congreso de los Diputados. Por ejemplo, todas las cosas referentes a los tejemanejes con los que ha tratado de someter a la empresa Aguas de Valencia para que le financiase un "corralito mediático" que se dedicara a proclamar las excelencias que le adornan como político. Es decir, y hablando claro, le financiase la creación de un "fondo de reptiles" con el dinero privado de los socios de Aguas de Valencia para su mayor gloria y prez. Como el que se agenció en Canal 9 con dinero público, con el dinero de todos los valencianos, para que una panda de periodistas paniaguados ensalzaran su figura en la prensa madrileña.

Si el señor Zaplana tiene cosas non sanctas que contar de los empresarios valencianos cuando él era presidente de la Generalitat ¿por qué no las contó en su momento? ¿Acaso porque él fué cómplice de las mismas? ¿Acaso porque entonces los empresarios valencianos le bailaban el agua? Con las declaraciones de ahora, el señor Zaplana pone al empresariado valenciano bajo sospecha. ¿Sospecha de qué? Porque lo que él hizo con Aguas de Valencia y Canal 9 no son sospechas sino evidencias debidamente contrastadas y denunciadas con datos. ¿Por qué se niega a comparecer ante los parlamentos valenciano y español para aclararlas o desmentirlas rotundamente?

El presidente Aznar se reclama del "centro progresista". El ministro Zaplana dice que es "liberal". Y yo soy, como es bien sabido "el canonge de la Seu".