Una caravana de parientes desde Pernambuco hasta Brasilia

Miles de brasileños se han movilizado los últimos días desde los rincones más diversos del país con un único objetivo: llegar a Brasilia para presenciar en vivo y en directo la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de la República. Más de mil autobuses transportaron hasta la capital a ciudadanos de todo origen y condición que han querido ver y arropar a uno de los suyos, como podía leerse en una gran pancarta que enarbolaban varios parientes del nuevo mandatario: "Lula: el primer presidente de los que nunca tuvieron gobierno".

Desde la alejada localidad de Caetes, en Pernambuco (Noreste), el Estado natal de Lula, un grupo de 19 familiares del presidente rememoró el viaje que 50 años atrás hizo su madre, doña Lindu, con seis de sus hijos, incluido el pequeño Lula (cinco años). Esta vez el viaje no duró 13 días, sino 40 horas, y no fue a bordo de un desvencijado camión de carrocería de madera conocido como pau-de-arara, sino en un cómodo autocar con aire acondicionado.

Los familiares de Lula, primos legítimos y otros que llevan los apellidos Ferreira de Melo, de la madre, y Da Silva, del padre, sí recorrieron en un verdadero pau-de-arara los 18 kilómetros que separan Caetes de la Garanhuns, la localidad donde nació el presidente. Allí cambiaron de medio de locomoción y subieron al autocar que les trasladó hasta Brasilia. Los Silva no tuvieron mucho tiempo para descansar. Prefirieron visitar los centros de poder de la capital federal, por los que se moverá su ilustre pariente.

La caravana Silva, en la que participaron familiares, militantes del PT y periodistas, fue organizada por el alcalde de Caetes y patrocinada por empresarios y comerciantes de Garanhuns. "Es un viaje histórico. Simboliza el encuentro del pueblo con su representante legítimo en el poder", dijo Marlus Duarte, coordinador de la caravana.

También viajaron a Brasilia, por vía aérea desde São Paulo, los seis hermanos vivos del presidente: Jaime, Marinete, Frei Chico, Vavá, María y Tiana.

Miles de ciudadanos

Los miles de ciudadanos que se desplazaron a la capital para asistir a la investidura de Lula reflejaban la enorme diversidad del país: representantes de las comunidades indígenas, habitantes del Estado natal del presidente, profesores, abogados, funcionarios...

"Para nosotros es un gran momento en la historia de nuestro país", señaló a la agencia France Presse una religiosa que formaba parte de un grupo de monjas que no quisieron perderse el acto. "Vivimos en un país rico pero dominado por la corrupción, y esperamos que el nuevo gobierno aportará nuevas perspectivas al pueblo brasileño, un pueblo maravilloso que ha sufrido políticas injustas", agregó la hermana María da Conbceiçao.