Eduardo Duhalde: "Fue la jornada más trágica desde la dictadura militar"

Los líderes de la movilización y los responsables políticos de seguridad cumplieron con el compromiso de evitar enfrentamientos y, al menos hasta la tarde de ayer, no se registraron incidentes graves en el centro de Buenos Aires poco antes de que concluyera la segunda jornada de protesta en memoria de las manifestaciones sociales del 19 y 20 de diciembre de 2001, que causaron la renuncia del presidente Fernando de la Rúa. Sólo se informó del estallido de dos cócteles Mólotov, uno frente a una sede de Telefónica y otro en una sucursal del Citibank, ambos en Lomas de Zamora, al sur del Gran Buenos Aires, donde reside el presidente Eduardo Duhalde.

Las columnas de manifestantes llegaron de todo el país desde primera hora de la mañana. Nada ni nadie impidió el paso a los grupos de manifestantes, rodeados a su vez por jóvenes encapuchados armados con palos. Podían insultar, gritar, arrojar alguna piedra o pintar con aerosoles las fachadas de las sucursales bancarias o de los edificios públicos. Los pelotones de la policía, armados y listos para enfrentar disturbios, seguían apostados impasibles.

La cercanía del fin de semana del verano y el miedo a lo que pudiera pasar vació de peatones el centro financiero, redujo la actividad bancaria y bursátil a mínimos y en toda la ciudad se percibía un clima de sábado o de paro parcial. Algunos negocios cerraron las puertas o atendían con las cortinas metálicas bajas.

El presidente Duhalde inauguró por la mañana un centro de salud en la periferia de Buenos Aires y recordó los acontecimientos del año pasado, en el que murieron una treintena de personas. "Fue la jornada más trágica en la historia del país desde la dictadura militar", aseguró el mandatario.

La protesta, liderada por el Bloque Piquetero Nacional (que llamó a cortar calles y carreteras en todo el país), el Movimiento de Desocupados y el de Barrios de Pie, tenía como consigna "Fuera Duhalde ya, que se vayan todos, por otro 19 y 20, por un Gobierno de los trabajadores y el pueblo". El acto central, al que se espera que asistan más de 70.000 personas, debía comenzar en la plaza de Mayo al anochecer, medianoche en Madrid.