La antigua Escuela de Comercio de Valencia se convierte en una biblioteca de humanidades

La antigua Escuela de Comercio de Valencia, construida a finales de los años cincuenta, se ha convertido en la moderna biblioteca de humanidades Joan Reglà, que guarda entre sus restaurados muros alrededor de medio millón de volúmenes y más de 700 puestos de lectura. El edificio ha crecido en una planta para dar servicio a los alumnos del campus de Blasco Ibáñez, procedentes de las facultades de Filología, Geografía e Historia, Filosofía y Ciencias de la Educación. El arquitecto Vicente González Móstoles se ha ocupado de rehabilitar la obra de su maestro Juan José Estellés.

Las puertas de la nueva biblioteca se abrirán hoy para los 11.700 alumnos así como para los investigadores, potenciales usarios del centro, que vuelve a brillar con luz propia en la calle de Artes Gráficas de Valencia, esta vez como un contenedor de libros de 7.150 metros cuadrados con 18 salas de estudio.

La Universidad de Valencia ha financiado toda la operación desembolsando más de tres milones y medio de euros, según explicó el vicerrector de Infraestructuras, Aurelio Beltrán.

González Móstoles ha respetado todos los muros de carga del edificio original, que creaban una 'agradable escala', y ha transformado el pequeño teatro de la planta baja en una amplia sala de obras de referencias (diccionarios, enciclopedias...) de doble altura, comunicada por sendas escaleras de caracol. En esa misma planta, se ofrecen los libros recomendados por los profesores

La ordenación de la biblioteca responde a criterios temáticos filosofía, periodismo, biblioteconomía, antropología, arte...), como se pone de manifiesto en las plantas primera y segunda. En la tercera y nueva planta, más diáfana, se ha instalado la hemeroteca con cerca de 1.000 títulos, de acceso libre. Se han instalado 72 ordenadores con acceso a Internet y se se ofrecen ahora 200 conexiones informáticas para ordenadores portátiles.

El traslado de los libros desde sus bibliotecas originales a de Humanidades ha costado más de un mes, según señaló la directora técnica del servicio de Información Bibliográfica, Victoria García Esteve. La intención es reconvertir los antiguos espacios bibliotecarios en salas de lectura.

Las bibliotecas de la Universidad de Valencia tienen 5.000 plazas en la actualidad, duplicando su número en los últimos años, si bien faltan casi 1.000 más para cumplir el porcentaje recomendado del 10% de sitios de lectura en relación al número de estudiantes y profesores.