Discapacitados en Riba-roja

Como trabajador del sector de la discapacidad, me gustaría dar a conocer a la opinión pública y, en particular, al consejero Rafael Blasco (que tan liado anda ahora con su Estatuto del Discapacitado), la nefasta política en Bienestar Social que desarrolla Carmen Bellver, presidenta de la Mancomunidad de Camp de Túria.

El centro ocupacional ubicado en Riba-roja lleva cerca de 20 años atendiendo a personas con discapacidad psíquica. Desde sus comienzos, padres, usuarios y profesionales, entendieron este servicio mancomunal como una vía para la integración de las personas con discapacidad. Guiados por este espíritu, hasta hace pocos meses todos los usuarios realizaban el servicio de comedor en bares y un centro escolar del municipio. El curso pasado, aprovechando una ampliación y mejora de las instalaciones, la señora Bellver optó por incorporar dentro del propio centro un comedor para los usuarios. Profesionales, padres y los propios afectados manifestaron su disconformidad con tal medida, entendiendo que el comedor suponía un gueto para personas con discapacidad.

Lejos de buscar un entendimiento entre las partes, la presidenta de la mancomunidad ha optado por, primero, modificar a su antojo los órganos de participación en el centro, menospreciando la opinión de padres, usuarios y profesionales; y, segundo, imponer una ley de acoso y derribo del equipo profesional (desde el inicio del conflicto ya son 13 expedientes disciplinarios para seis trabajadores). La situación en el centro es caótica y, como siempre ocurre en estos casos, los usuarios son los más perjudicados. Todo un ejemplo de política al servicio de los ciudadanos. ¿No opina lo mismo, consejero?