El Papa jubila al cardenal Álvarez en Toledo y le sustituye por Cañizares

El Vaticano anunció ayer, a través de su nunciatura (embajada) en Madrid, el nombramiento de Antonio Cañizares, en la actualidad arzobispo de Granada, como nuevo arzobispo de Toledo, tras aceptar el Papa la renuncia del cardenal Francisco Álvarez Martínez a la sede primada. Álvarez llevaba en el cargo desde septiembre de 1995. El pasado 14 de julio cumplió 77 años,

Cañizares, nacido en Utiel (Valencia) en 1945, fue ordenado sacerdote en 1970. Seminarista en Valencia, amplió sus estudios en la Pontificia Universidad de Salamanca, donde en 1971 consiguió el doctorado en Teología, en la especialidad de Catequesis. Designado en 1995 por Juan Pablo II miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cañizares fue nombrado obispo de Ávila en 1992, hasta que en 1996 fue promovido a Granada. En la Conferencia Episcopal ha sido miembro de la comisión para la Doctrina de la Fe (1992-1999). También ha presidido la subcomisión para las Universidades (1996-1999).

El nuevo arzobispo primado es, desde 1999, el presidente de la Comisión de Enseñanza y Catequesis, uno de los responsables, por tanto, del desarrollo del acuerdo firmado ese año entre el Gobierno del PP y la Conferencia Episcopal para reformar el estatus laboral y económico de los profesores de religión en la escuela pública. Dicho acuerdo, traspasó a la Administración del Estado la responsabilidad de contratar y pagar a los docentes de catolicismo, pero seguía reservando para los prelados la capacidad de seleccionar cada año a ese profesorado. La decisión de algunos obispos de marginar de su empleo a personas que llevaban enseñando catolicismo durante décadas, por causas como casarse por lo civil o 'vivir en pecado', ha provocado ya decenas de sentencias y un recurso al Constitucional.