Babcock Borsig España nombra nuevo consejero delegado a Juan Miguel Romeo

Babcock Borsig España no levanta cabeza. Su futuro es más bien incierto, con su matriz inmersa en un proceso de suspensión de pagos, y su presente atraviesa un cambio en su cúpula dirigente. Hace dos días salió el presidente en funciones, Carlos Vento, el artífice de la venta de la empresa pública a la firma alemana. Los alemanes ya han comunicado a la Sepi el nombramiento de un nuevo consejero delegado, Juan Miguel Romeo. La firma, con un Consejo de Administración que no se reúne, no cuenta ni con presidente ni con vicepresidente.

Ahora llega un ejecutivo especializado en empresas en crisis que ha pasado por Acenor, Olarra, Fundix, Papelera Sam o Porcelanas Bidasoa. Uno de sus últimos destinos fue Mecánica de la Peña, empresa hoy en quiebra y liquidación. Mientras la cúpula cambia, la matriz alemana incumple sus compromisos económicos y de transferencia de tecnología y los trabajadores se inquietan porque no terminan de abandonar su ya permanente crisis.

El acuerdo de privatización acordó mantener 673 trabajadores y le costó al Estado 1.274 millones de euros. La cifra incluye las pérdidas de los últimos cinco años y las aportaciones directas a la privatización. Babcock Borsig adquirió el compromiso de mantener la plantilla cinco años.