Las becas para Catalunya:una necesidad de nuestra universidad

Catalunya ha apostado siempre por tener su propio modelo de gestión de becas. De hecho, el propio Estatuto de Autonomía reconoce la posibilidad de que la Generalitat gestione estas ayudas a través de la cesión de competencias por parte del Estado. Además cabe destacar la resolución del Tribunal Constitucional que el año pasado reconoció el derecho del Gobierno Catalán a gestionar su propio modelo de becas.

El modelo universitario catalán se basa en la oferta de once universidades repartidas por todo el territorio. Desde todas las instituciones del país se ha apostado claramente por el concepto y la práctica del equilibrio territorial, intentando acercar cada vez más la oferta formativa a todos los y las jóvenes estudiantes de Catalunya. En este sentido, no sólo es encomiable la magnífica y ardua labor que realizan universidades como las de Lleida, Girona o Tarragona - Reus, sino que además se ha apostado claramente por los estudios virtuales a distancia, creando un modelo pionero en todo el mundo como es la UOC - Universitat Oberta de Catalunya-.

Con esta situación, que seguro tiene todavía muchas posibilidades de mejorar, nosotros entendemos que Catalunya debería dotarse de un modelo propio de gestión de las becas que tuviera muy en cuenta también los principios de equilibrio territorial y justicia social.

Entendemos que el modelo catalán de universidad que defiende la Joventut Nacionalista de Catalunya debe ser un modelo basado en un sistema de financiación propia que contemplase un nuevo modelo de becas, una profundización en la justicia social, la potenciación del espíritu emprendedor de los y las estudiantes, una mayor relación universidad-empresa o la corresponsabilización del estudiante en la necesaria participación democrática en las facultades, como principales características.

Con respecto a la gestión de las becas, proponemos que los criterios por los cuales se construya este nuevo modelo no se basen sólo en la renta familiar, sino también en la distancia entre el punto de origen del estudiante y el centro universitario. En éste sentido se tendrían en cuenta también los gastos que han de realizar los estudiantes que necesitan desplazarse a vivir fuera de su casa para poder asistir a la universidad.

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