La fábrica de sueños

Muchos usuarios lamentan la escasez de aventuras gráficas dentro del mundo del videojuego; por suerte Ubi Soft ha apoyado el lanzamiento en España de Syberia, un título de la compañía francesa Microïds que ha despertado del letargo estival a este género tan poco explotado por los fabricantes de entretenimiento electrónico.

La idea de crear un mundo de fantasía parte de la cabeza del francés Benoit Sokal, dibujante de cómics y responsable de otra aventura gráfica editada hace unos años y titulada Amerzone. El juego desvela la intriga al jugador en pequeñas dosis, conduciéndole por parajes de la mano de una protagonista femenina inteligente, valiente y con bastante atractivo físico. Kate Walker es una joven abogada que viaja desde Nueva York en representación de su cliente, una fábrica de juguetes, hasta el pueblo alpino de Valadilène, para ultimar los detalles de la venta de una fábrica de autómatas.

Recién llegada al pueblo descubre que acaba de morir la vieja heredera de la fábrica, Anna Voralberg. Lo que en principio se trataba de un simple trabajo rutinario se convierte en una desagradable misión que tiene como objetivo encontrar el último heredero de la dueña de la fábrica. Los indicios la llevarán a descubrir que Anna Voralberg tenía un hermano, en principio dado por desaparecido pero que en realidad estará vivo y será el artífice, desde la distancia, de las más fantásticas creaciones de la fábrica de autómatas con alma.

El mundo que presenta Microïds en esta aventura está perfectamente ambientado. Kate Walker, la protagonista está modelada en tres dimensiones y los fondos donde se desarrolla la acción son prerenderizados, dotando al conjunto de un aspecto muy particular. Los escenarios contribuyen en gran medida a crear la atmósfera del juego: los edificios que recuerdan el movimiento artístico del modernismo, el paisaje en un otoño húmedo y perpetuo y unos personajes anclados en una época lejana son los responsables de trasladar al jugador a un mundo de fantasía donde se produce esta aventura.

El jugador visitará cuatro escenarios, las calles de Valadilène, el pueblo alpino en el que está situada la fábrica de autómatas. Las investigaciones de la protagonista le conducirán a la Universidad de Barrockstadt, el pueblo ruso de Kolmkolzgrad y acabará en la misteriosa Aralbad. En cada uno de estos ambientes encontrará a personajes que en ocasiones le ofrecerán pistas sobre el desenlace de los diferentes rompecabezas propuestos por los creadores. Los personajes desprenden un halo de misterio que refuerza la incertidumbre que sus creadores han pretendido que destile el juego.

Los puzzles que presenta no son difíciles; se basan en encontrar la llave que permita abrir tal o cual puerta, recomponer alguna maquinaraa desmontada o conseguir la ayuda de algún personaje. Esto no significa que en ocasiones el jugador tenga que poner mucha atención para poder encontrar la solución del enigma. Syberia es una mezcla de arte y tecnología; es decir, el jugador podrá encontrar en este juego una muestra del pensamiento que ha definido el siglo XX, la creación artística y tecnológica como una característica primordial del hombre moderno.