Presión vendedora

Las bolsas europeas continuaron ayer con el declive iniciado días atrás y sin que hubiera nuevos argumentos para seguir por ese camino.

El entramado financiero europeo, banca y seguros, no atraviesa por uno de sus mejores momentos y ayer muchos de sus componentes se anotaban los mayores descensos. Las sociedades de telecomunicaciones secundaron ese movimiento y el resto del mercado no tuvo más remedio que dejarse llevar por la orientación impuesta por los más grandes.

El Ibex 35 cedió el 1,47% y el índice general de Madrid el 1,30%, descensos que fueron de los más bajos entre los grandes mercados europeos. París cedió el 2,78% y Londres el 1,20%, mientras que Francfort bajaba el 2,35% poco antes de concluir la sesión.

Esta vez no hubo presiones externas que forzaran esta nueva caída de las bolsas europeas, puesto que el mercado estadounidense estaba cerrado por fiesta. La propia situación de la economía y las empresas europeas han sido las que han llevado a los inversores a deshacer posiciones a la espera de que los datos sean más favorables.

Ayer se conocía el dato de ventas al por menor de junio en la eurozona, con un descenso del 0,9% que confirma, aunque sea dos meses más tarde, el proceso de desaceleración de la economía.

La festividad en Estados Unidos privó a la bolsa española de una parte importante del negocio, aunque muy posiblemente esta circunstancia ayer benefició al mercado al ser menor la cantidad de papel puesta en circulación.

La contratación en el Mercado Continuo fue de tan sólo 613,42 millones de euros, la segunda cifra más baja del año que contó, además, con una fuerte concentración entre los principales valores del mercado. Entre Telefónica, SAN, BBVA, Repsol YPF y Endesa movieron el 60% del total.