Una jornada particular de la ministra debutante

La sesión de ayer en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso tuvo mucho de insólito, porque no es frecuente que un ministro del Gobierno inicie su turno de réplica con esta puntualización: 'He tomado posesión de mi cargo hace 10 días, y no tengo datos que darles'.

Ana Palacio desplegó con esta frase toda su ingenuidad política, que es la baza que más le protege porque desarma a sus contrincantes. Aunque éstos le advirtieron ya ayer, en privado, de que la cortesía parlamentaria no va a durar eternamente.

'Tengo que estudiar los expedientes, denme tiempo', pidió también la ministra, tras reconocer que no conoce el texto de las enmiendas al Convenio de Defensa con Estados Unidos firmado el pasado mes de enero. En otra respuesta relativa a la crisis de Perejil: 'En estas dos semanas, he aprendido cosas que me hubiera costado meses comprender. Hay que ver también el aspecto positivo de las cosas'.

A un portavoz que criticó al Gobierno por haber ordenado una operación militar que podía haber causado muertos, le replicó: 'Eso es responsabilidad del Gobierno, y un Gobierno distinto podría haber decidido de otro modo. Pero yo, con todos los datos disponibles, lo volvería a hacer. Y no tendría empacho en reconocer otra cosa, si fuera el caso'.Tampoco se echa atrás de su viaje del lunes a Marruecos. 'No tengo empacho en ir a Rabat ni me arrepiento pese a las críticas que se me han hecho. Volvería a dar el primer paso', respondió a los que afirman que el encuentro del luens fue una encerrona en la que España no tendría que haberse metido.

Palacio fue hilvanando su intervención en torno a las notas que tomó de las intervenciones de los portavoces, y en algún momento llegó a exclamar '¡una página!', para expresar el alivio que le suponía haber avanzado en su respuesta a los grupos.