El modernismo según John Malkovich

John Malkovich, la cara más perversa de Hollywood, convierte en éxito de público aquello que toca. Un total de 300 invitados, entre los que se encontraban los directores Bigas Luna y Bruno Barreto o la actriz Amy Irving, llenaron el pasado miércoles la Sala Oval del Palacio Nacional de Montjüic para ver la última interpretación de Malkovich, en esta ocasión no como actor, sino como apasionado de la arquitectura y del modernismo. El actor participó junto con el arquitecto Orol Bohigas, el artista Perejaume y el filósofo Rafael Argullol en una mesa redonda sobre el arquitecto Josep Maria Jujol organizada por el MNAC dentro de la exposición Jujol diseñador, que permanece abierta hasta el 18 de agosto. 'Jujol, tan tímido y pretencioso, tendría un susto de muerte al ver tanta gente reunida para hablar de él', comentaba Bohigas al recordar al que fue su profesor de Copias de Elementos Arquitectónicos.

Oriol Bohigas, alumno de Jujol, defendió el trabajo de su maestro como artesano

'Contemplar una obra de Jujol nos lleva a dar un paso más allá, que es lo que se exige en el arte, Jujol nos lleva a soñar', dijo el actor en su intervención. Malkovich aprendió de su padre, director de conservación de patrimonio en Illinois, a pasear por la calle con otros ojos, realizando el ejercicio de evaluar cómo los arquitectos se enfrentan al espacio. Fue así cómo descubrió en la avenida Diagonal la Casa Planells. 'Me paré y pregunté a una pareja de jóvenes qué podrían decirme del edificio, pero apenas conocían nada. Luego, al volver al hotel tenía un libro esperándome, Jujol, de Ignasi de Solà-Morales'. Más tarde siguieron visitas a Sant Joan Despí (Torre de la Creu, Casa Negre, Casa Jujol), en la que contempló 'edificios que, a pesar de la pobreza de sus materiales, muestra la riqueza del espíritu humano. Eran la Biblia de la inventiva', comentó Malkovich, que ahora es el padre que visita edificios con sus hijos. 'Hace un par de años visitamos Vistabella y la casa Bofarull. Aún pudimos ver aquí las herramientas de los caballos que había en la finca. Será fascinante ver cómo evoluciona este patrimonio, cómo se protege y se comercializará', dijo el actor ante un auditorio sobre el que planeaban los festejos del Año Gaudí.

Oriol Bohigas defendió a Jujol 'como un hombre que se anticipa al arte contemporáneo' y prefirió calificarlo como artista-artesano frente a la idea de diseñador. Perejaume relacionó la sinuosidad que se desprende de la firma de Jujol con las formas de su obra y Argulloll relacionó al arquitecto diseñador con la idea de metamorfosis y su capacidad de 'construir el futuro disfrazándolo de pasado'. La sesión de dos horas dedicadas a Jujol había finalizado, pero a Malkovich le esperaba entonces la sesión de autógrafos.