La neutralidad irlandesa, aceptada

Las Fuerzas Armadas irlandesas no participarán en operaciones en el extranjero acordadas en el contexto de la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) si no es con la autorización previa de la ONU, con el acuerdo del Gobierno irlandés y con la aprobación del Parlamento. El Consejo Europeo respaldó ayer todos estos extremos, contenidos en un documento que el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, piensa incluir como anexo a la ratificación del Tratado de Niza por su país, a fin de que el referéndum que prepara para finales de octubre no fracase, como el de hace un año.

El comunicado de la cumbre, que busca facilitar un trámite que es condición para que se lleve a cabo la ampliación, confirma los demás puntos de la declaración irlandesa, empezando por el que establece que la participación de Irlanda en la PESD 'no afecta a su política tradicional de neutralidad'. 'Irlanda no es tampoco parte de ningún plan para desarrollar un ejército europeo', añade el documento. El Consejo confirma que cualquier decisión de construir una defensa común se tomaría 'por decisión unánime de los Estados miembros' y reconoce el compromiso irlandés de celebrar un referéndum para aprobar una decisión de ese tipo.