Armas Marcelo amplía su biografía sobre Mario Vargas Llosa

No es un encargo ni un estudio crítico. Es el producto de la admiración de un escritor sobre otro escritor desde hace 30 años. J. J. Armas Marcelo ha ampliado su libro Vargas Llosa, el vicio de escribir (Alfaguara), con un capítulo que analiza la aparición de su última novela, La fiesta del Chivo. 'Supone su gran golpe maestro. Su regreso de lujo a la literatura', afirma.

Para Armas Marcelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1946), este tratado de amistad, admiración, discusión y literatura que es Vargas Llosa, el vicio de escribir es un libro abierto. 'No puede cerrarse. Yo sé que es raro escribir sobre un autor vivo y en activo, pero esto es una lectura continuada sobre alguien que concibe la literatura con riesgo y pasión', asegura el autor entre el humo de su puro habano mañanero, con tono apasionado y gestos grandilocuentes.

Para él, hablar de lo que ha supuesto La fiesta del Chivo era fundamental. Y, aunque Vargas Llosa nunca le ha confirmado que haya leído la primera versión de este retrato suyo, publicado en 1991, Armas Marcelo sabe que lo ha hecho porque le animó a revisarlo para corregir las erratas. 'La fiesta del Chivo es una estocada genial para quienes decían que estaba acabado. Para los lectores bizcos y los críticos bizcos que pensaban que su paso por la política había arruinado su carrera'. Pero quizá eso, curiosamente, el compromiso con lo que le rodea, es lo que más atrae a Armas Marcelo de la personalidad de Vargas Llosa. 'Eso y todas sus contradicciones. Para mí, es el paradigma de un tipo de escritor contemporáneo, el que pudiendo estar tan tranquilo en el salón de su casa, se mete en líos, molesta, sorprende y admira con sus tomas de postura públicas', asegura.

Rasgos de Sartre, de Malraux, en la figura de quien Armas Marcelo describe como 'un indio londinense', un escritor ambicioso que pasó por Madrid y por Barcelona antes de irse a París, según cuenta el biógrafo, 'porque quería ser Flaubert'.