El conflicto del metal alemán se resuelve con un alza salarial del 4%

El sindicato metalúrgico e industrial alemán IG Metall y la patronal Gesamtmetall, lograron ayer poner fin a la huelga que se arrastraba desde hace diez días. El acuerdo, que afecta a 3,6 millones de trabajadores, se aplicará en dos fases: a partir de junio habrá un aumento salarial del 4% y dentro de un año la subida será del 3,1%. El canciller Schröder aseguró que el pacto demuestra que 'se ha impuesto la sensatez'.

El representante de IG Metall, Berthold Huber, aseguró que se trata de uno de los convenios más importantes de la postguerra alemana. En Berlín y Brandenburgo pueden proseguir las protestas a la espera de que se formalice el acuerdo.

La subida salarial se llevará a cabo en dos etapas. Los salarios aumentarán un 4,%, a partir del 1 de junio, y un 3,1%, desde el 1 de junio de 2003. Los trabajadores recibirán, además, por el mes de mayo, 120 euros. El contrato, que finalizará el 31 de diciembre de 2003, prevé la posibilidad de reducir el aumento salarial en caso de que ponga en peligro puestos de trabajo.

El ministro de Economía, Werner Müller, dijo que esta subida salarial no afectará a la coyuntura alemana. La conclusión del contrato garantiza, según el dirigente sindical Huber, un reparto justo de los beneficios industriales, cosa que ha sido el objetivo de los sindicatos desde comienzos del conflicto laboral. El líder del sureste alemán de Gesamtmetall, Otmar Zwiebelhofer, dijo que la patronal aprobó el 4% porque las huelgas iniciadas hace 10 días en el Estado Federal de Baden-Wurtemberg, amenazaban con agudizarse y la situación ponía en peligro 'la precisión y la fiabilidad' de la producción industrial alemana.

Los empresarios consideran favorable la posibilidad de planificar a largo plazo. 'Sin este compromiso, no hubieramos aprobado el 4%', dijo Zwiebelhofer.

En un comienzo, la patronal había ofrecido un 3,3% de aumento en 15 meses, y el IG Metall había exigido un aumento salarial del 6,5 %. El bloqueo de las negociaciones se mantuvo durante varias semanas y después de celebrarse 47 encuentros, lo que provocó que los trabajadores presionaran a la industria con un paro interminente reclamando el aumento ahora conseguido del 4%.

Unos 50.000 trabajadores de 20 empresas habían iniciado hace diez días huelgas flexibles, entre ellos figuraban empleados de las compañías automovilísticas Daimler Chrysler, Porsche y Audi. El lunes pasado losparos se habían extendido al centro político del país, Berlín, y su entorno, Brandeburgo.

Mientras que ayer negociaban en el sureste de Alemania, en Sindelfingen, los 41 líderes de IG Metall, en Böblingen, los representates de Gesamtmetall, 80.000 trabajadores de otras regiones no afectados por el cambio, se mostraron solidarios con los huelguistas e interrumpieron por unas horas su turno laboral. Así lo hicieron 50.000 trabajadores de 114 empresas en Baja Sajonia y otros 30.000 en siete regiones más.

25.000 trabajadores de la cede central de Volkswagen, en Wolfsburg, se unieron a las protestas, a pesar de que el sistema laboral y salarial de esta empresa automovilística esté organizado internamente.