La crisis llega a la catedral de Lleida

La crisis ha llegado también a la Iglesia. El cabildo catedralicio de Lleida ha acordado suprimir dos misas diarias en la Catedral Nova por los elevados costes de mantenimiento del templo y porque el número de fieles ha experimentado en los últimos años una disminución considerable. La medida, que fue anunciada en los actos litúrgicos celebrados el pasado domingo, ha provocado malestar entre los feligreses habituales de la catedral.

Las restricciones de culto afectarán especialmente a las misas matinales, que a partir del próximo domingo pasarán de cinco diarias a tres. Se suprimen las misas de las 9.00 y 13.00 horas de los días festivos y las de las 9.00 y 12.00 horas de los días laborables, mientras que las vespertinas no sufrirán ningún cambio.

Responsables de la catedral han reconocido que el principal motivo para rebajar el número de misas es el económico, puesto que los gastos de mantenimiento que requiere tener el templo abierto son muy elevados. De hecho, la eliminación de misas permitirá modificar los horarios de apertura del templo, con lo que se conseguirá reducir gastos de calefacción, electricidad, limpieza y de honorarios de los dos sacristanes contratados. A la misa de las nueve de la mañana apenas asistían una docena de personas.

El pasado domingo, la sorpresa se apoderó de los fieles cuando el oficiante de la misa de una comunicó los recortes acordados por unanimidad por el cabildo catedralicio. Muchos de ellos se dirigieron a la sacristía con lágrimas en los ojos para pedir al sacerdote explicaciones por los cambios introducidos. Alguno incluso se atrevió a criticar la decisión arguyendo que una catedral no puede ser comparada con un centro comercial que cierra las puertas si hay pocos clientes.

Algunos fieles perjudicados han anunciado que la próxima semana intentarán entrevistarse con el obispo de la diócesis, Francesc Xavier Ciuraneta, para expresarle su malestar por esta media y pedirle que se restablezcan las dos misas eliminadas. Los fieles no aceptan las razones esgrimidas por el cabildo de la catedral, que considera que la medida no afectará en absoluto al culto porque, añaden, siempre existe la posibilidad de acudir a otras parroquias próximas que tienen horarios de misas similares. A poca distancia de la catedral hay siete iglesias: Sant Ignasi, San Pere, Sant Joan, Nostra Senyora del Carme, Congregació de la Sang, Els Dolors y Franciscans.

Pero en este caso la opinión de los creyentes tampoco servirá para nada, ya que los responsables de la catedral de Lleida piensan aplicar criterios económicos para reducir gastos y adecuar el culto a las necesidades de los fieles, sobre todo después de constatar que en los últimos años la afluencia de fieles ha disminuido de forma notoria en la mayoría de las iglesias de la diócesis, en especial en las misas del fin de semana. Concretamente en la catedral de Lleida se ha pasado de 800 personas a apenas 200.