Una ejecutiva de Enron exime de responsabilidad a su presidente

Sherron Watkins, la vicepresidenta de Enron que hizo sonar las primeras alarmas sobre las prácticas contables de la compañía, compareció ayer ante el subcomité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes y ofreció un testimonio sorprendente ante los investigadores parlamentarios. Según ella, el fundador y presidente de Enron, Kenneth Lay, considerado el principal responsable de la gigantesca quiebra y de las irregularidades que la causaron, era en realidad inocente. Watkins acusó a Jeffrey Skilling, que ocupó brevemente la presidencia, y a Andrew Fastow, el director financiero, de engañar a Lay y al consejo de administración, y de dirigir la red de filiales donde Enron ocultó deudas de casi mil millones de dólares.

Watkins compareció con una cierta autoridad moral. En agosto envió un mensaje anónimo a Kenneth Lay en el que le advertía de que Enron podía estallar en 'una oleada de escándalos contables', y luego se reunió con él para expresarle su inquietud. 'Es usted una mujer valiente', la saludó John Din-gell, un miembro del comité.

Watkins dijo que Fastow, el director financiero, intentó despedirla y hacerse con la información contenida en su ordenador cuando supo que había advertido a Lay sobre la situación. 'Fastow, Skilling y otros ejecutivos engañaron a Lay y al consejo', aseguró.

La vicepresidenta dijo haberse sentido 'muy alarmada' al descubrir la deuda oculta en las filiales, conocidas colectivamente como raptors, y prefirió no hablar con Fastow. 'Hacer eso habría supuesto mi despido', indicó. Optó por hablar directamente con Lay, quien le respondió que se ocuparía personalmente de investigar la situación. Pero Lay encargó la tarea a Vinson & Elkins, el bufete de abogados que asesoraba a Enron. Los abogados, según Watkins, no hicieron nada. La vicepresidenta acusó de forma implícita a los abogados y a los auditores de Enron, asociados a la firma Arthur Andersen, de encubrir a sabiendas las irregularidades contables.