El PSOE vende su histórica sede de Santa Engracia por 3,6 millones de euros y se traslada a San Blas

La Federación Socialista Madrileña (FSM) ha puesto a la venta, por 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros), su histórica sede de la calle de Santa Engracia, cerca de la glorieta de Cuatro Caminos, y trasladará sus oficinas a la calle de Miguel Fleta, en el barrio de Simancas (San Blas), según confirmó ayer el secretario general de la FSM, Rafael Simancas. El líder de los socialistas madrileños explicó que la venta de la sede de Santa Engracia se debe a que se ha quedado 'pequeña y obsoleta'. La nueva sede será instalada en el número 8 de la calle de Miguel Fleta, próxima a la de los Hermanos García Noblejas, en un edificio de cinco plantas que ha sido adquirido por unos 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros). No obstante, la FSM deberá desembolsar una cantidad aún no precisada para las obras de remodelación y acondicionamiento. 'Será un edificio inteligente, dotado de medios mucho más modernos de los que disponemos actualmente', señaló Simancas.

El terreno sobre el que se asentarán las futuras oficinas centrales de la FSM es de uso dotacional, pero eso no supone ninguna contrariedad, puesto que 'los partidos políticos tienen esa consideración', según Simancas. Éste aseguró que el propio Ayuntamiento de Madrid así lo ha hecho constar en un informe solicitado por los socialistas a la Oficina de Seguimiento del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

El secretario general de la FSM, que prevé su traslado a San Blas para finales del presente año, reconoció que supone 'cierto dolor' abandonar la sede de Santa Engracia, utilizada durante 25 años. En ese edificio se prepararon las elecciones municipales de 1979 que culminaron con el triunfo de los socialistas, y las elecciones generales de 1982 que llevaron a Felipe González al Gobierno.

La nueva sede de San Blas, cuya titularidad será del PSOE, ha sido adquirida porque permitirá unas instalaciones más amplias y más susceptible para aplicar recursos tecnológicos, lo que Simancas considera 'algo imprescindible para las asociaciones modernas'.

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