Una rara e interesante mezcla

Ferzan Ozpetek es un turco que viajó en 1978 a Italia para estudiar historia del cine en Roma y, tras hacer teatro con Julian Beck en el Living Theatre, se instaló en el cine italiano, donde realizó El baño turco en 1997 y El último harén en 1999. Ambas películas alcanzaron merecidamente resonancia internacional y una buena trayectoria que desde el año pasado viene refrendada por esta su tercera obra, El hada ignorante, que relata con tacto, elegancia y sabiduría una singular historia de amor.

Es relato de la indagación de una mujer que ha perdido súbitamente a su marido, con el que era o se sentía feliz, en un accidente y poco después comienza a tirar de un hilo suelto entre los que su muerte ha dejado y este hilo le lleva a descubrir que el hombre tenía otra vida y otra familia. La mujer se embarca en la necesidad íntima de desvelar esta doblez y lo logra con inesperadas consecuencias, que acaban volviendo del revés su idea de la libertad y del mundo.

La película, sin ser nada del otro mundo, combina con soltura gravedad y humor y, aunque es epidérmica y su crescendo argumental resulta previsible, tiene astucia y está vertebrada y graduada con buen pulso, además de llevar dentro una excelente imagen de maravillosos ámbitos interiores y exteriores de Ostia, atrapados por la cámara de Pasquale Mari con notable buen gusto. Por añadidura, cuenta con el brillo de un reparto guapo y experto, en el que Margherita Buy y Stefano Accorsi logran un idilio bonito y creíble, lo que permite una mutación de lo que parecía destinado a ser un dramón hacia una comedia lírica que, aunque no emociona ni cautiva, se ve bien y deja ver destellos de estilo.