Lanchas futuristas a toda mecha

La dársena interior del puerto de Valencia se convirtió ayer en un improvisado circuito para bólidos acuáticos. El espectáculo llamó la atención de cientos de valencianos, que agolpados detrás de muros y verjas asistieron a una carrera de lanchas puntiagudas provistas con motores de más de 250 caballos de potencia que alcanzan los 200 kilómetros por hora.

Lo llaman motonáutica. Es una forma de rizar el rizo. Sensaciones fuertes, mucho riesgo para el piloto, gente intrépida y con recursos. En Valencia se reunieron 12 pilotos, la mayoría extranjeros, con sus correspondientes embarcaciones y equipos. Entre ellos, un valenciano, Tiste Orozco, quien participa en el campeonato del mundo codeándose con los mejores especialistas. Entre éstos, el francés Bruno Corsin, que se impuso ayer en el puerto de Valencia después de que los jueces de la prueba descalificaran al sueco Tobhias Teiby, eliminado por romper una de las boyas que delimitaba el circuito de 1.520 metros.

La prueba estuvo marcada por las interrupciones, ya que las 12 embarcaciones participantes tuvieron que retomar la salida en dos ocasiones con motivo de una salida nula y por la rotura de la boya antes mencionada. A pesar de que Teiby fue el primero en culminar las 25 vueltas de que constaba la prueba, los jueces decidieron eliminarle, por lo que el segundo clasificado, Corsin, se proclamó vencedor de la Copa del Mundo de Fórmula 2000, como así se se llamaba la competición. Por detrás del eliminado y del campeón, Corsin, llegaron a meta el inglés Colin Jeff y el portugués Luis Figureido, quienes también se beneficiaron de la decisión final de los comisarios de esta prueba única del Mundial, que el próximo año constará de seis carreras.