El Vaticano muestra la carta de reconciliación del arzobispo Milingo
El Vaticano hizo ayer público el manuscrito en el que el arzobispo zambiano Emmanuel Milingo, de 71 años, anuncia su decisión de 'regresar a la Iglesia Católica' y abandonar a su mujer, la acupuntora coreana Maria Sung, de 43, con la que se casó en mayo pasado en Nueva York por el rito de la Iglesia Moon. La misiva ha sido repartida por la Santa Sede en respuesta a las acusaciones de falsificación y montaje de la esposa de Milingo, quien hoy inicia su tercer día de huelga de hambre. 'Seguiré con la protesta hasta que monseñor Milingo vuelva conmigo', dijo Sung, quien sostiene que su marido ha sido drogado y secuestrado por la Santa Sede.
Ayer la esposa del arzobispo, quien ha anunciado que posiblemente esté embarazada, se presentó, vestida de amarillo y acompañada por varios moonies, a las seis de la mañana ante las barreras que a esa hora cierran la plaza de San Pedro, 'a rezar y pedir por Milingo y recordar al mundo su situación'. Seguidamente, permaneció en silencio varios minutos antes de abandonar la plaza.
La carta de Milingo, que satisface las exigencias del Vaticano para no excomulgarle, contrasta con las declaraciones hechas el fin de semana por Sung. 'No creo nada de lo que sale del Vaticano, porque hasta ahora sólo me han llegado mentiras', dijo. El escrito de Milingo también se contrapone a otro del pasado día 2, que fue mostrada el pasado martes por el portavoz de los moonies, Philippe Shanken, quien aseguró que el arzobispo le había pedido al Papa 'poder casarse y liderar a los sacerdotes casados que hay por el mundo'.
Milingo no ha sido visto en público desde el pasado 6, cuando se presentó en Castelgandolfo, donde al día siguiente fue recibido por el Papa.
El arzobispo ha sido desde siempre una figura controvertida, por sus ceremonias de exorcismo y sanación. Fue llamado en 1981 a capítulo por la Santa Sede y se le destinó a un oscuro empleo. Él no obstante siguió protagonizando sus liturgias e incluso cantó en el festival de San Remo.
La vida en el Vaticano sigue su curso habitual. El Papa se asomó a las 12 de la mañana al balcón de su residencia veraniega de Castelgandolfo para rezar el Angelus por la fiesta de la Asunción. No hizo referencia al caso del arzobispo.
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