Los ecologistas defienden el acuerdo como un triunfo de los ciudadanos

Los grupos defensores del medio ambiente valoraron ayer positivamente el acuerdo alcanzado en la cumbre pero destacaban las concesiones hechas y los agujeros que se han hecho a ese documento internacional aprobado en 1997 para que pasara por todos los filtros y exigencias de los países mas reacios a cumplirlo íntegramente.

Greenpeace recordaba que los permisos para utilizar los sumideros de carbono en los balances de cada país acordados en Bonn suponen una rebaja de casi el 4% sobre el objetivo común de Kioto (5,2%) por lo que, en caso de que todos los países desarrollados utilizasen todos los márgenes de sumideros concedidos, la reducción de emisiones real en 1998-2012 estaría poco por encima del 1,2%. Por su parte WWF (Fondo Mundial para la Nautraleza) destacaba que el régimen de cumplimiento acordado ayer es demasiado débil, pero los ecologistas coincidían en destacar la 'sólida arquitectura' de lo aprobado, lo que supondrá situar las emisiones de dióxido de carbono de los países desarrollados en una tendencia a la baja', según WWF.

'Cuando uno se pregunta si esta versión lavada del Protocolo de Kioto merece la pena, pregúntese quién ha luchado con mas ahínco contra ella', decía Bill Hare, experto en clima de Greenpeace. Y en la misma línea posibilista, Alden Meyer, de la Unión de Científicos Preocupados (de EE UU), recordaba: 'Aunque el acuerdo alcanzado en Bonn no es en absoluto perfecto, es mucho mejor que la alternativa de colapso en estas negociaciones'.

Todos los grupos medioambientales manifestaron su propósito de hacer presión en los países para que se inicien inmediatamente los procesos de ratificación del protocolo, para que adopten medidas domesticas efectivas de contención de las emisiones, así como de vigilar los abusos en la utilización del reglamento.

Pese a ello el aire festivo y de celebración era ayer por la tarde patente en la zona reservada para las actividades de las ONGs. 'Hoy estamos viviendo una fecha histórica', dijo Andrew Kerr, de WWF.