La momia de Lenin seguirá en el Kremlin

La momia de Vladímir Ilich, Lenin, el fundador de la Unión Soviética, no está amenazada de desahucio. Vladímir Putin dejó ayer muy claro que no piensa moverla de su actual ubicación, en un mausoleo de piedra rojiza junto a la muralla del Kremlin, para enterrarla junto a los restos de algunos de sus familiares en un cementerio de San Petersburgo. Según el presidente ruso, ese traslado afectaría al 'principal logro de los últimos años', la estabilización y el consenso de la sociedad, y 'socavaría la modernización de Rusia'.

Putin recordó que su país vivió durante más de 70 años bajo el monopolio comunista y que muchos rusos ligan su propia vida al nombre de Lenin. 'Para ellos', añadió, 'el entierro de Lenin supondría que adoraron valores equivocados y que vivieron en vano'.

El partido comunista, que considera casus belli que se toque la momia de Lenin, obtuvó ayer una segunda satisfacción de parte del líder del Kremlin, que reconoció que la formación de Guennadi Ziugánov, todavía la más importante de la Duma, actúa dentro de la legalidad y puede tener futuro, siempre que comprenda que los tiempos han cambiado y sepa adaptarse a la nueva realidad. Incluso sugirió que podría recuperar el nombre con el que le bautizó Lenin, Partido Obrero Social Demócrata de Rusia, aunque el significado de esa etiqueta fuera entonces mucho más radical que en la actualidad.

El presidente no quiso responder directamente a la siguiente pregunta: '¿Quién es usted, señor Putin?'. Pero vino a decir que la respuesta hay que buscarla en sus hechos. Con anterioridad, había señalado que el paquete de leyes pasadas en los últimos meses por la Duma significan que Rusia 'se mueve hacia la liberalización de la economía y la eliminación de la interferencia innecesaria del Estado en la economía'.