Cuidar la naturaleza

Soy un maestro de escuela de Pedrera que cuando quiero explicar a los niños lo importante que es la naturaleza para el hombre y su conservación, me tropiezo con el mal ejemplo que la máxima autoridad de nuestro pueblo está dando en este terreno. No puedo dejar de sorprenderme que el poder público local no sienta celo, no sólo por defender la Naturaleza, sino que además se dedique a destruirla.

Hace algo más de un año, en la piscina municipal se cortaron varios árboles de más de 30 años de vida sin el más mínimo escrúpulo. ¿No había otra solución? El 19 de junio, en el patio del colegio público Las Huertas, a las seis de la mañana, cuando los gallos cantan, cortan sin piedad, a hachazos, otro árbol de 23 años, que yo planté junto con otros niños, hoy ciudadanos ejemplares de Pedrera y a los que también les ha dolido la hazaña. El pretexto es: 'Porque hay que construir una guardería'. ¿Qué estaba antes? ¿El árbol o la guardería? ¿Por qué el arquitecto que ha diseñado esta guardería no ha hecho lo posible por respetarlo? ¿Por qué no se le ha tratado con cuidado y se ha sacado de raíz y trasplantado a otro lugar donde continuara viviendo? ¿Con qué autoridad puede un municipal reñir a un niño que esté maltratando un árbol? ¿Dónde está la sensibilidad por todo lo que tiene vida?

Un árbol cualquiera, un olivo, un manzano... es algo sagrado para el que lo sembró, lo cuidó y le recogió sus frutos. En ese árbol va parte de su vida.

Por eso, en mi vida, desde siempre, me he dedicado a enseñar cómo debemos amar a la Naturaleza y denunciar el vandalismo que contra ella se comete, ya sea en los ríos, en la tierra o en los mares.

El día en que comprendamos el simbolismo que encierra un árbol como parte de nuestra existencia, seguro que no habrá nadie que le meta fuego o lo corte con un hacha por capricho con el ánimo de destruirlo o matarlo; porque habremos comprendido que nos debemos a la Naturaleza como a una madre a la que tenemos que cuidar y que ella, en mayor medida, cuidará de nosotros.